martes, 14 de octubre de 2008

HIGIENE MENTAL Y DELINCUENCIA. SALVADOR ALLENDE



1933 Higiene mental y delincuencia, Parte 0. Tésis Universitaria de Salvador Allende.
1933
Higiene mental y delincuencia, Parte I. Tésis Universitaria de Salvador Allende. 2,4 MB
1933
Higiene mental y delincuencia, Parte II. Tésis Universitaria de Salvador Allende. 2,8 MB
1933
Higiene mental y delincuencia, Parte III. Tésis Universitaria de Salvador Allende, 3 2,7 MB
1933
Higiene mental y delincuencia, Parte IV. Tésis Universitaria de Salvador Allende. 4 2,3 MB
1933
Higiene mental y delincuencia, Parte V. Tésis Universitaria de Salvador Allende. 2,2 MB
1933
Higiene mental y delincuencia, Parte VI. Resumen Tésis Universitaria de Salvador Allende
1933
Higiene mental y delincuencia, Parte VII. Tésis de Salvador Allende. Cartas entre Simón Wiesenthal y
Salvador Allende. 0,4 MB

Liberales ¿fascistas?

?He dado órdenes de que los antiguos miembros
del Partido Comunista sean admitidos en el Partido''.

Adolf Hitler.

Escribo inspirado por un artículo de Emilio Alonso, donde ni la mayéutica ni la ironía fueron necesarias para llevar a cabo esa ?gran mascarada? que profetizaba Revel. Donde la sola exposición de la verdad y la simple carencia de pruebas de nuestros enemigos ideológicos, deja al descubierto muchos de los dogmas y prejuicios de hoy. Los mismos dogmas y prejuicios que hacen que renazca en la sociedad un odio demagógico hacia la libertad.

El origen de los lados políticos viene, precisamente, de la distribución que hubo en la asamblea constituyente de Francia durante la monarquía parlamentaria de 1789 a 1792.
A la derecha se sentaron los monárquicos y conservadores (Mauri, Montesquiou), en el centro los constitucionalistas ?británicos? (Lafayette, Sielles), a la izquierda los defensores de la revolución, y en la extrema izquierda los que en aquella época eran conocidos como ?exaltados democráticos?. Posteriormente vino la Revolución, Napoleón, De Gaulle, Hussein, etcétera, etcétera. Pero esa primera distribución ideológica quedó plasmada en el tiempo, y la historia la pulverizaría a discreción. El odio que nació entre los totalitarismos alemán e italiano con su hermano soviético fue tal que, al menos en la teoría, cada uno se desplazó a su esquina hipotética de la asamblea. Y no hace falta adivinar quién se quedaría en el medio.

Defender lo indefendible sólo se puede hacer con la mentira, porque es la única forma que tiene la progresía ?y la llamo progresía- para hacer creer al mundo que existen similitudes entre los dos polos más lejanos que hay. Dos polos que en este caso ni se rozan entre sí. Aunque las similitudes entre la progresía y los movimientos totalitarios son enormes, porque, como decía antes, sus raíces son las mismas. Acudir, como se hace, a la terminología peyorativa es la peor forma de caer en la demagogia.
Ser progresista significa estar a favor de las libertades y los derechos. Alguien que cree que las libertades deben ser reducidas y los Derechos Humanos pueden ser violados no se puede hacer llamar progresista. ¿Es entonces la progresía algo moral? Irónicamente muchos de los que defienden las libertades individuales morales son férreos enemigos de las libertades individuales económicas. Hitler, por ejemplo, estaba a favor de la eutanasia y el régimen de Fidel Castro llama al aborto ?práctica habitual- regulación menstrual. ¿Significa que estos hombres y sus regímenes eran liberales o progresistas? En la Europa de Hitler los judíos debían ser exterminados, y en la Cuba de Castro, los homosexuales cumplen condena por atentar contra la religión, o por escándalo público. Y lo que caracteriza a ambos regímenes es la defensa unánime de la intervención estatal económica. Pero a pesar de ser tan iguales, los movimientos de extrema derecha siempre han relacionado al liberalismo con el comunismo, y los de extrema izquierda ?y de izquierda moderada- al liberalismo con el fascismo. El liberalismo será fascista o comunista a conveniencia de los fascistas y comunistas.
Absolutamente toda la izquierda siente un grandísimo afecto por Salvador Allende, ignorando que fue uno de los mayores antisemitas de América Latina. Decía en su tesis universitaria, titulada ?Higiene mental y delincuencia? que había que penalizar la transmisión de las enfermedades venéreas, esterilizar a homosexuales y retrasados mentales, etcétera. Allende dijo que se trataba de un trípode legislativo en defensa de la raza. Decía que ?los hebreos se caracterizan por determinadas formas de delito: estafa, falsedad, calumnia y, sobre todo, la usura?. Asimismo, las Juventudes Comunistas de Chile defienden la libertad de los presos políticos de Mapuche, pero apoyan el encarcelamiento de presos políticos en Cuba y Venezuela. Se hacen llamar defensores de los Derechos Humanos, pero su principal referente fue uno de los mayores antisemitas de América. ¡Incluso se hacen llamar antifascistas!
Gran parte de la izquierda europea que está a favor del matrimonio homosexual, rinde grandísimo tributo a Salvador Allende y Fidel Castro. Incluso una miembro de Amnistía Internacional, militante del PSOE por cierto, fue agredida físicamente en la fiesta de las Juventudes Comunistas, en Madrid, por haberle preguntado al embajador cubano sobre los Derechos Humanos y la situación de AI en la isla. ¿Entonces a qué altura está el fascismo liberal, en comparación con el progresista?, me pregunto yo.
¿Por qué la izquierda progresista cae en el mismo juego de la izquierda extremista de acusar a los liberales de ?fascistas?, cuando las similitudes entre el socialismo y el fascismo son majestuosas?
Se le llama neoliberalismo salvaje, ultracapitalismo, incluso ultraneoliberalismo, aunque todos significan Liberalismo, máximo defensor de las libertades y los derechos.
¿Por qué no se le llama a ellos ultraprogresistas o neocomunistas? Simplemente porque no hace falta acudir a los insultos, a la demagogia, y a las mentiras peyorativas para hablar de los simples comunistas y de los simples fascistas, que como su nombre indica, no son más que lo que son y no serán más de lo han sido.
No pueden defender su ideología y combatir la libertad si no es con los prefijos, los insultos ¡y el echarnos encima a todos sus muertos! Nos comparan con Hitler, y los defesores de Hitler nos comparan con Engels, y luego con Heidegger o con Nietzsche, O con Mussolini, editor del seminario ?La lotta di classe? (La lucha de clases) quien en sus inicios fue militante del ala radical del Partido Socialista. O simple y lisamente con el que vean que apunta al lado contrario de su ideología.
A la gente le encanta crear vínculos, sobre todo en España, con Bush y su familia y el régimen nazi o el KKK. Mientras que el tío de Hussein, Jairallah, que lo ayudó a llegar al poder sí fue simpatizante del régimen nazi.
Los socialistas siempre tendrán encima el peso de su historia y sus cien millones de muertos, los fascistas tendrán también el peso de su historia, con sus sesenta millones de muertos. Mientras que los liberales fueron quienes acabaron con ambos regímenes. Porque un par de años antes de que cinco mil niños americanos se suicidaran en las playas de Normandía para salvar a Francia, Stalin y Hitler firmaban un tratado de paz. Derrotamos al socialismo y al fascismo, y somos llamados comunistas y fascistas a conveniencia. Somos la principal víctima de la guerra entre dos hermanos gemelos. Los extremos se tocan, y muchas veces mueren juntos. Pero esos extremos tienen en sus manos al arma más peligrosa de todas: la mentira. Y en ella se basa su balbuceo demagógico.



Emilio Guerrero
"mecate"

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