martes, 28 de octubre de 2008

Los dueños de chile y su historia

La historia de los dueños de chile que no se quieere saber y su cercania con la concerta.



EDWARDS

“El diario de Agustín” será estrenado el 19 de octubre

El documental que Edwards no quiere ver

Una película que revela los detalles de los montajes y silencios de “El Mercurio” para cooperar con la DINA, la CNI y la dictadura militar está a punto de ver la luz. A pesar de los intentos del empresario periodístico para dificultar su exhibición bajo el nombre que lleva, el filme se estrenará y volverá a destapar la historia más sucia de uno de los hombres más poderosos de Chile.


Beatriz Undurraga está sentada en un sillón. De polera rosada, mirada inquieta o mejor dicho, nerviosa intenta dar explicaciones frente a una cámara que la graba, sobre el montaje que ayudó a construir para ocultar el asesinato de la dirigenta comunista Marta Ugarte. Con el título: "Asesinada hermosa joven", la mítica periodista policial de "El Mercurio" quien fue "funada" en varias ocasiones y retratada por Fuguet en el libro "Tinta roja" relataba en septiembre de 1976 un crimen pasional que habría dado muerte a una "atractiva joven de 23 años". Con esta nota, "El Mercurio" ayudó a la DINA a tapar un error operativo. Marta Ugarte había sido asesinada en Villa Grimaldi y lanzada al mar dentro de un saco amarrado a su cuello con un alambre. A pesar de todas las precauciones de los militares, el cadáver fue devuelto a la playa La Ballena, en Los Molles. Todavía conservaba el alambre en su cuello cuando Beatriz Undurraga lo vio.

Entonces, Marta Ugarte tenía 42 años, no 23, y había muerto producto de las torturas, no de un crimen pasional, pero el diario de Agustín Edwards contó otra historia. Pablo Honorato publicó lo mismo en "Las Últimas Noticias", a pesar de que también vio el cuerpo. Beatriz Undurraga dice que pensó que era más joven por su delgadez, quizás producto de que no había comido mientras estaba presa.

Cómo "El Mercurio" y el Gobierno militar fraguaron éste y otros montajes es parte del relato presentado por el director Ignacio Agüero en el documental "El diario de Agustín", que verá la luz en Buenos Aires el próximo 19 de octubre en el marco del Festival DocBsAs, donde el 2005 la historia de esta cinta se ganó el premio para desarrollo de proyectos. En 80 minutos, la película relata cómo Agustín Edwards Eastman, el quinto Agustín de la influyente dinastía mercurial, ayudó a provocar el golpe de Estado junto a la CIA y después a callar, ocultar o justificar los crímenes de la dictadura, incluso mediante mentiras.

A pesar de las evidencias, Hermógenes Pérez de Arce tiene una visión distinta sobre el rol del "decano" en esos años. "El Mercurio" desempeñó su función periodística perfectamente e informó todo lo que se conocía y se sabía, e incluso contenía muchas críticas al Gobierno militar, porque reproducía lo que se decía en el extranjero en su sección de cable ["Chile en el exterior"]. Sólo en los primeros días después del golpe, el diario tuvo más control, pero después de eso hubo completa libertad para informar", asegura Hermógenes, que aunque no aparece en el documental, fue entrevistado durante la investigación previa.

El intento frustrado del "Dunny"

FOTO_02 W:200 H:273 29 kbLos realizadores quieren invitar al diario de los Edwards al lanzamiento del documental. "Esto no es un panfleto contra ‘El Mercurio’; es una película, una investigación histórica. Además, es un tema que en todo este tiempo no ha sido abordado y este diario, siendo un actor central en la actividad política de Chile hasta hoy día, nunca ha dado una explicación de lo que hicieron", dice el ex gerente general de la desaparecida revista "Apsi", Fernando Villagrán, que hoy es el productor de este documental.

Pero claramente Edwards no lo verá con buenos ojos y ya hay antecedentes de esta certera predicción. Es que obviamente el magnate a escala chilena de la prensa, no quiere que sigan escudriñando una historia del pasado que lo desprestigia.

El 26 de octubre de 2007, Villagrán inscribió el título "El diario de Agustín" en el registro de marcas comerciales, para usarlo como nombre del documental. No hubo ninguna objeción en el plazo legal y después de tres días, el prestigioso estudio de abogados Alessandri presentó un recurso de nulidad a nombre de Agustín Edwards. Fue demasiado tarde. El título ya tenía dueño y el recurso fue desechado.

Pero el "Dunny", apodo que recibió el empresario periodístico como informante de la CIA, no se dio por vencido y cuando Ignacio Agüero trató de inscribir el dominio eldiariodeagustin.cl en NIC Chile, nuevamente el estudio de Alessandri atacó y pidió que le asignaran el nombre a Agustín Edwards & Cía.

Entre los argumentos que esgrimieron están: que la concesión del nombre a Agüero "le causaría un gran perjuicio [a Edwards]", ya que las personas tenderían a pensar que se trata de su página web, y el uso "insospechado" que se le puede dar al dominio, "afectando su reputación".

Pero Agustín perdió el litigio en mayo de este año y el documental verá la luz la próxima semana en Argentina, para luego ser estrenado en Chile y exhibido en ciclos de cine nacionales.

Matar comunistas

"De asustarse, Agustín Edwards se podría asustar de su propios actos, porque el documental lo que hace es un registro histórico que tiene una indagación con archivos de hechos que vienen desde 1967 hasta hoy día. Estamos hablando de un protagonista de la historia de Chile que hoy día es muy poderoso y muy decisivo", responde Fernando Villagrán frente a las acciones de Edwards, que se negó a hablar para la cinta. "Don Agustín no da entrevistas", fue la respuesta de su secretaria después de los intentos de los periodistas que trabajaron en la investigación.

Sin embargo, el mundo mercurial también se hizo actor, gracias a las intervenciones de editores y periodistas que trabajaron en la empresa durante la dictadura. Juan Pablo Illanes, Raquel Correa, Álvaro Puga y Beatriz Undurraga, entre otros, aceptaron conversar con los investigadores.

"Matar comunistas en una época determinada era una necesidad biológica, prácticamente, de los militares", dice Álvaro Puga frente a las cámaras. Este periodista, que entonces escribía columnas en "La Segunda" bajo el nombre de Alexis, fue el encargado de orquestar en Chile la difusión de la información falsa de la Operación Colombo. Hoy tiene un sitio web llamado "Despierta Chile", que intenta mantener despierto un pinochetismo acérrimo.

Seis estudiantes de periodismo del Instituto de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile (Hans Stange, Claudio Salinas, Elizabeth Harries, Paulette Dougnac, Raúl Rodríguez y María José Vilches), en el marco del Programa de Libertad de Expresión, fueron seleccionados por los realizadores y por la profesora Claudia Lagos el año 2005 para comenzar a investigar en enero de 2006. Además del documental, LOM va a publicar en un libro todas las investigaciones de estos ex estudiantes de Periodismo. Todos entre 24 y 35 años.

Claudia Lagos dice que cuando entrevistaron a los periodistas que trabajaron en "El Mercurio", muchos tenían conciencia del lugar donde trabajaban, por lo que no intentaban publicar nada. Otros dicen que en ese tiempo no sabían mucho de estos casos y un grupo asegura que rebotaban las informaciones que no podían publicar a colegas de otros medios, sobre todo durante los años 80, en que surgió más prensa opositora.

Una portada y dos torturas

Iván Barra y Jorge Jaña eran veinteañeros cuando fueron detenidos violentamente por la CNI el 9 de abril de 1987. Seis días antes, el Papa Juan Pablo II había dado un discurso en el Parque O`Higgins, donde recibió a Carmen Gloria Quintana y grupos de izquierda protestaron con quema de neumáticos y gritos. Los incidentes provocaron la alerta de la CNI, que comenzó a buscarlos. "El Mercurio" hizo lo mismo que la central de inteligencia y el 9 de abril publicó en su portada: "Identificados los violentistas del PC en el parque". El artículo incluía las fotografías de ambos jóvenes y había sido ordenado por el mismísimo Agustín Edwards. Los jóvenes fueron torturados en un cuartel de la CNI durante diez días, hasta que los dejaron en libertad, porque se comprobó que ellos ni siquiera habían ido al parque ese día, por lo que era físicamente imposible que hubieran participado en disturbios o manifestaciones.

"Yo no sé quién entregó la información a quién", responde el ex vocero del régimen militar, Francisco Javier Cuadra, en la cinta. Luego de que Barra y Jaña fueron liberados, interpusieron una demanda por injurias y calumnias contra "El Mercurio". Durante el juicio, Edwards dijo que Cuadra le había entregado la información con las fotos, pero Cuadra lo niega hasta el día de hoy y durante el juicio dijo que la CNI le entregó la información al dueño del "decano". Edwards fue encargado reo y no pudo salir del país durante un año, pero la Corte de Apelaciones le concedió la libertad y el caso se cerró.

LND tampoco logró conversar con don Agustín. El año 2000 el "decano" cumplió 100 años y la periodista Raquel Correa tuvo que entrevistar a su jefe para la edición especial. En esa oportunidad le preguntó por el silencio de "El Mercurio" con respecto a las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura de Pinochet. "El apasionamiento político de la época hizo que la violencia de los primeros meses del Gobierno fuera considerada por muchos, no sólo por el diario, como una consecuencia dolorosa, pero ineludible en el estado de enfrentamiento que reinaba en el país. Las cosas hay que juzgarlas en su contexto", respondió. Y unas líneas más abajo, agregó: "No fue por temor ni por presiones que publicáramos poco de lo que ahora sabemos, sino porque no teníamos información seria sobre las acusaciones que en ese tiempo circulaban como rumores imposibles de confirmar".

Villagrán dice que en el filme la relación de los periodistas de "El Mercurio", así como la de su dueño, con la DINA y la CNI queda clara. "Los casos que se develan tienen que ver con muertes, tienen resultados criminales. Se muestra cómo ocultaron información, como cuando no informaron sobre la detención de toda la cúpula del PC, cuando evidentemente era un hecho noticioso", dice Villagrán.

"Este documental habla de hechos que se han acallado y que son importantes de tratar en la construcción de una convivencia democrática, aparte de preguntarse por qué los sectores progresistas no son capaces de tener prensa", agrega Ignacio Agüero.

La campaña de Agustín Edwards Eastman contra la reforma universitaria de la Universidad Católica (cuando los estudiantes de esa casa de estudios publicaron el famoso lienzo: "El Mercurio" miente), la coordinación con la CIA para derrocar a Allende y su viaje a Estados Unidos contado en lujo y detalle con documentos en mano, son algunos de los detalles que quiere develar este documental, que puede producirle fuertes dolores estomacales a don Agustín. LND


ANGELINI

CÓMO EL HOMBRE MÁS RICO DE CHILE OPERÓ CONTRA PINOCHET

El secreto mejor guardado de Angelini

Celebró la derrota del Sí. De su bolsillo la Concertación obtuvo parte del dinero para la campaña que derrocó al dictador y siguió apoyando monetariamente a la coalición. El origen de sus vínculos con la DC y las revelaciones de los políticos que prometieron un pacto de silencio que comienza a quebrarse.

Agnolotti de ricota-espinaca con salsa Alfredo y una botella de agua Panimávida con gas. No se cansaba de pedir lo mismo. Cerca de la una del día solía llegar con su amigo Aquiles Portaluppi al restaurante italiano Le Due Torri, en calle San Antonio 258, en pleno centro. Invariablemente se sentaba en la mesa 10. Comía. Dejaba lo justo de propina. Y volvía a sus oficinas del noveno piso de El Golf 150.

A quien lo viera salir de su restaurante favorito, le costaría adivinar que ese hombre vestido con un traje bien cortado, pero de apariencia sencilla, era Anacleto Angelini Fabbri.

FOTO_02 W:960 H:1466 202 kbHoy es virtualmente imposible que alguien no conozca el rostro del fallecido empresario que amasó una fortuna avaluada en seis mil millones de dólares por la revista "Forbes" en su ranking 2007. También se hace difícil conseguir reserva para la mesa 10 de Le Due Torri. Desde que Angelini murió a los 93 años por una gripe agravada por enfisema pulmonar, la mañana del martes en el Hospital Clínico de la UC, la gente va y pide sentarse en la misma mesa: para que "se le pegue la suerte", dicen en el lugar.

Hacía dos meses que Angelini ya no salía a comer. Ni a ninguna otra parte. Las últimas noches de su vida las pasó conectado a una máquina de oxígeno. En su departamento del número 4645 de la calle Rey Gustavo Adolfo de Las Condes, sus únicos compañeros fueron dos empleados y su esposa, María Noseda Zambra, "Marita", como él la llamaba cariñosamente desde que se casaron en 1959 y descubrieron que no podrían tener hijos, debiendo conformarse con sus sobrinos Roberto y Patricia.

Su cuerpo resistía cada vez menos las crisis que devenían del enfisema pulmonar, ganado por décadas de fumador empedernido (lo dejó cuando cumplió 60). Angelini ya no caminaba de su residencia hasta El Golf 150, el edificio corporativo de Empresas Copec, la matriz de sus millonarios negocios. Tampoco conducía ya su auto favorito, un Mercedes Benz del año 82. El deterioro de su salud era evidente.

Pero como en el resto de los ámbitos de la vida de "il padrone di Santiago" ("el amo de Santiago"), como le apodó un diario italiano en su obituario, la noticia se mantuvo entre cuatro paredes; hasta su muerte, el aspecto de su reservada vida privada que no pudo evitar que se publicara.

Pese a ello y con el mismo bajo perfil que cultivó siempre, el hijo de Bondeno, una localidad rural de la Ferrara que emigró prometiendo que nunca fracasaría ni sería pobre y vivió sus últimos años marcado por el escándalo ambiental de Celco en Valdivia y Licancel , logró llevarse a la tumba sus secretos.

Esta es la historia del mayor de ellos: el apoyo económico de Angelini a la oposición a la dictadura de Pinochet y su respaldo a la campaña del "No", debido a sus vínculos con la DC chilena.

PACTO DE SANGRE

El miércoles pasado, importantes figuras de la Concertación llegaron hasta San Francisco de Sales, la iglesia donada a la comunidad por Agustín Edwards, ubicada a metros de El Mercurio en Vitacura, para despedir los restos de "don Cleto", como lo llamaban sus cercanos. Entre ellos, el ex Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle. Con él, Angelini compartió innumerables veladas en su casa de las Rocas de Santo Domingo y forjó una relación de amistad gracias a los profundos lazos que tuvo con su padre, Eduardo Frei Montalva. También estuvieron Carlos Figueroa y Andrés Zaldívar, quienes lamentaron su pérdida "por ser un hombre emprendedor, pero además muy humano". Una "humanidad" que ambos conocieron de cerca cuando el magnate apoyó la preparación de la campaña que terminó con 17 años de dictadura.

El tema se trata con sigilo. Alrededor suyo se estableció en los 80 un pacto de silencio (de acuerdo a la creencia de Angelini que sus empresas y no él eran las que debían ser conocidas). Carlos Figueroa reconoce la ayuda del empresario, con cautela: "Él estuvo claramente por el No y fue un importante colaborador en la campaña".

¿Colaborador económico?

Dejémoslo en colaborador nomás responde el ex ministro del Interior y miembro del ex círculo de hierro de Frei Ruiz-Tagle, sin dar detalles sobre el compromiso financiero de Angelini con la vuelta de la democracia.

El pacto no podía romperse. Incluso después de su muerte. "Nosotros le dimos nuestra palabra. Le dijimos que no se iba a saber. Sólo la familia podría autorizar algo así", confiesa un dirigente que tomó parte en las negociaciones con Angelini.

El mismo personero asegura que sus aportes continuaron en los siguientes gobiernos concertacionistas. Con todos ellos tuvo excelentes relaciones. "Quizás el momento más complicado lo vivió con Patricio Aylwin. Él no estaba de acuerdo en lo que se estaba convirtiendo la Ley de Pesca", agrega otro dirigente.

Otro impasse lo tuvo con Ricardo Lagos, cuando la planta Valdivia de Celco estuvo en el ojo del huracán a raíz del desastre ambiental del río Cruces, y "don Cleto" se vio forzado a aceptar el alejamiento de la gerencia general de su brazo derecho, Alejandro Pérez. Según su entorno, Angelini no entendió el porqué de la relevancia política y la cobertura mediática ascendente que tuvo el tema. Quizá por lo mismo, en enero de 2005, llegó a La Moneda en silla de ruedas para pedirle explicaciones al Presidente Lagos, otro de sus amigos.

A pesar de ello, personeros como José Miguel Insulza han reconocido en más de un encuentro privado que "el oficialismo le debe mucho", financieramente hablando. Sobre todo en el plebiscito de 1988, cuando Angelini destinó importantes sumas de dinero a la campaña del No. "No sé si era antipinochetista, pero claramente celebró cuando Pinochet perdió", cuenta un cercano al empresario en ese momento.

ARCO IRIS DE MILLONES

Las razones que entregan figuras de la Concertación para explicar el compromiso de Angelini con el No y las administraciones de la coalición del arco iris, son que "él era un hombre muy justo y quería un país democrático". Sea más o menos cierto, un factor clave para entender su simpatía hacia sectores de la oposición a Pinochet data de los 60.

Bajo el influjo de los bríos de la Falange Nacional, que llegó al Gobierno con Frei Montalva en 1964, Angelini fue testigo de las profundas reformas implementadas por la "Revolución en Libertad" y las miró con simpatía. Era lógico. El inmigrante italiano llegó a Chile en 1948 huyendo de la debacle económica y la devastación provocada por la Segunda Guerra Mundial. De ese período aprendió la austeridad que después aplicó en su vida con "Marita", quien incluso zurcía las sábanas rotas en vez de comprar nuevas.

Inspirado en la experiencia de la Democracia Cristiana italiana de esos años y de los 80, Angelini creía que la DC chilena podía unirse a la izquierda y así reeditar las alianzas con el Partido Socialista e incluso con los comunistas que tuvieron éxito en Europa.

Siempre con la imagen de la DC de su tierra natal en la cabeza, Angelini fue acercándose de a poco a un sector de la Falange definido como "de la línea italiana". El mismo estilo de hacer política de los democratacristianos europeos aprendido en las lecturas de "El príncipe", de Maquiavelo, quien instauró la lógica de los "consiglieri" o "consejeros del príncipe", usado más tarde por la mafia de ese país , fue un hábito que Angelini replicaría a sus negocios; primero con Atilio Portaluppi como principal asesor, y finalmente con José Tomás Guzmán, su brazo derecho y el encargado del discurso de despedida en su funeral.

A pesar de su relación con la Falange, nunca militó ni comentó los apoyos económicos que entregó a ese y otros partidos chilenos. "Antes de la Ley de Gasto Electoral, siempre que buscamos apoyo, él nos ayudó", recuerda Sergio Bitar, presidente del Partido por la Democracia, PPD.

LOS TITULARES DE ANACLETO

Este tipo de gestos se repitieron y fueron cruciales en la creación del diario "La Época" en 1987 y el posterior intento por salvar el periódico antes de su cierre en 1998.

En el escenario postdictadura, para la DC tener un medio de comunicación era una cuestión central. Según relata un cercano a este proceso, en un primer momento, Angelini adquirió un paquete de acciones. Luego vino un segundo aporte en el año 1996. Por intermedio de Ernesto Corona, presidente del directorio de "La Época" y reconocido como un hombre que "maneja las platas del Arzobispado", Angelini aportó mil millones de pesos para el alicaído diario, monto que llegó a ese matutino a través de la Radio Chilena y desde el Arzobispado.

"A él nunca le interesó tener La Época como un instrumento para sí, pero creía en la libertad de prensa y por eso colaboró", asegura el ex ministro del Interior Andrés Zaldívar, sobre la transacción coordinada por varias figuras de la DC, entre ellas Carlos Figueroa y él mismo.

Imbuido en los negocios vertiginosos, vanguardistas, Angelini logró forjar una sólida red en los negocios y la política. Hombres que lo admiraban y aprendían de él como si fuera un padre.

Uno de ellos, Adolfo Zaldívar, protagonizó otro de los episodios en que Angelini fue cuestionado. En 2001 se hizo público que su hermano Andrés era accionista de Eperva, la compañía pesquera de Angelini. En circunstancias que el DC, en su calidad de senador, promocionaba la Ley de Pesca que eventualmente favorecería los intereses del empresario de origen italiano. Zaldívar debió marginarse del debate y al año siguiente se supo que su hermano Adolfo también tenía acciones de la empresa (pese a que el "colorín" propone, cada vez que puede, "reformar" el modelo económico sobre el cual Angelini edificó su imperio). También fue de conocimiento público que el ex Presidente Frei Ruiz-Tagle promocionó la construcción de la planta de Celulosa Valdivia, levantada entre otras compañías por Sigdo Kopers, donde Frei era accionista. Además, el ex Mandatario le dio la nacionalidad chilena por gracia en 1994.

Todo esto reforzó las opiniones de quienes vieron en el apoyo del millonario al oficialismo un resumen de su asertivo genio empresarial para invertir. El resto es parte de los secretos que el hombre más rico de Chile se llevó a la tumba. LND


CLARO

El último dardo de Claro a Piñera

Entrevistado por El Mercurio, hace un par de semanas, el fallecido dueño de Mega reiteró su animadversión por el inversionista RN. Pese al optimismo de la derecha por el liderazgo de Piñera en las encuestas, Claro fue seco: “Es prematuro pronunciarse” respecto a su candidatura, dijo. En cambio, prodigó sendos elogios a Ricardo Lagos.

La animadversión de Ricardo Claro al empresario Sebastián Piñera no sólo se limita al bullado episodio de la radio Kyoto. El fallecido dueño de Mega no dejó pasar oportunidades para demostrar su distancia del inversionista RN. Y de hecho, así lo hizo en una entrevista con El Mercurio, publicada el pasado 12 de octubre, donde no escatimó elogios para Ricardo Lagos, y minimizó la figura del controlador de Lan y Chilevisión.

En dicha entrevista, y consultado por la candidatura de Sebastián Piñera, Claro fue enfático: “Es prematuro pronunciarse sobre ella”, dijo, pese a que en la derecha ya son varios los que postulan su inmediata proclamación.

El Mercurio le hace ver a Claro que a falta de un año de las elecciones, el empresario RN lidera ampliamente las encuestas para llegar a La Moneda. Pero a Claro dicha razón tampoco parecía convencerlo. Y contestó con un seco: “En un año pueden pasar muchas cosas. Así que le reitero mi respuesta anterior”, dando a entender que el dueño de Chilevisión no tiene la carrera corrida.

Esta distancia de Claro hacia Piñera contrastó con su entusiasmo al momento de referirse a Ricardo Lagos, justamente una de las cartas concertacionistas para competir con el dueño de Chilevisión en las próximas presidenciales.

"Lagos es el único político en Chile con visión internacional", dijo el dueño de Sudamericana de Vapores, pasando por alto todos los esfuerzos de Piñera por posicionarse en el extranjero. Pero Claro no sólo se quedó ahí y justificó su admiración por el ex Mandatario: “No encuentro ningún otro (como Lagos) en la derecha ni en la DC”.

También deslizó una crítica a la derecha por su posición frente a Lagos. “Ricardo ha sido atacado fuertemente por una serie de asuntos que se gestaron y se desarrollaron durante su Gobierno. Creo que es un hombre honesto, pero le han dado duro”, comentó.


Los nexos de Claro con Pinochet

La visita que el fallecido empresario dueño de Mega y la Compañía Sudamericana de Vapores, Ricardo Claro Valdés, hizo al ex dictador Augusto Pinochet durante su detención en Londres es fiel reflejo de su cercanía con la dictadura que gobernó Chile desde 1973.

De hecho, el 12 de septiembre de 1973, un día después del Golpe de Estado cuando aún humeaba el Palacio de La Moneda y partía la represión que asesinó o desapareció a casi 3 mil personas, ya ocupaba un puesto en ese gobierno de facto.

Se integró como asesor del canciller, contraalmirante Ismael Huerta, a quien luego acompañó a Washington en lo que sería la primera intervención del régimen ante la Asamblea de la ONU: Su misión: conseguir recursos económicos.

En 1976, ejerció como coordinador general de la sexta asamblea de OEA en Santiago, en que encabezó la gestión del pinochetismo para apaciguar el debate de las violaciones de los derechos humanos.

En la ocasión, el entonces presidente de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, Jaime Castillo Velasco, y Andrés Zaldívar se las ingeniaron para hacer llegar a los delegados algunos documentos que denunciaban las muertes, desapariciones y torturas.

Ricardo Claro, que por entonces comenzaba a amasar su fortuna hasta llegar a ser uno de los empresarios más ricos de Chile, acusó de traidores a estos dirigentes y el régimen dispuso la expulsión de Castillo y la prohibición de ingreso de Zaldívar

Claro también estuvo presente en la reunión que Pinochet sostuvo con Henry Kissinger, entonces secretario de Estados de Estados Unidos, que representó a la Casa Blanca en las gestiones para derrocar a Salvador Allende y en otras intervenciones en América Latina.

A Claro también se le ha vinculado en la detención y desaparición de un grupo de trabajadores de Elecmetal, empresa de su propiedad, lo que, entre otros, afirma Mario Fernández, hermano de dos de las víctimas.

El ex trabajador de esa compañía aseguró que él mismo presenció cómo ellos fueron citados a la oficina de la gerencia por el interventor militar Patricio Altamirano, el gerente Gustavo Ross y el director, Fernán Gazmuri, para ser entregados a Carabineros.

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